Más allá de la simple experiencia plástica, la presente serie es el resultado de continuos tanteos para conseguir imágenes que expresen un sentimiento opresivo de incertidumbre, producido por la fragmentación de unos cuerpos indefinidos, de apariencias ambiguas, incluso híbridas, y que evoquen nuestra propia condición humana.
La luz modela las pieles bastas y peludas, al mismo tiempo que manifiesta las imprecisiones que dificultan la visualización, en nuestra mente, de una imagen clara de las formas. La plasticidad de los cuerpos, interrumpidos por la desconexión de sus partes, no evidencia en ningún momento su naturaleza. Las figuras escultóricas, producidas por las alteraciones formales de la piel, ni tan siquiera nos confirman que provengan de un autentico ser vivo y que no se trate, entonces, de un cuerpo inmóvil e inerte. |