Cuando por fin tengamos una televisión horizontal no nos dormiremos con la televisión aunque la miremos en la cama.

…Llegará el día? ¿Seremos capaces de montar por fin una televisión hecha por nosotros mismos? Entonces no nos aburriremos tanto con la televisión…cuando tengamos una televisión horizontal no nos dormiremos con ella por muy horizontales que nos estiremos a mirarla!.
Alegraos colegas! Está a punto de llegar el segundo gran momento de las televisiones!
Hace cuarenta años, cuando las primeras cadenas televisivas de Estados Unidos y Europa empezaban a emitir, los artistas que entonces acababan de estrenar el video como instrumento de trabajo, entendieron muy pronto el inmenso potencial creativo y comunicativo de la televisión: Woody y Steina Vasulka, Allan Kaprow, John Cage y tantos otros se entregaron al mundo apasionante de las emisiones televisivas. Aunque entonces la televisión comportaba una tecnología bastante sofisticada, los estudios y las productoras dejaron en muchas ocasiones márgenes para la investigación artística. Seguramente entonces las dimensiones del capital que la industria mediática podía llegar a mover no eran tan evidentes, y por lo tanto los intereses menos diversificados y menos importantes que los actuales.
A partir de los años 80 viene el momento fuerte del capital en las televisiones, el boom de la publicidad, el decubrimiento de programas capaces de dirigir las prácticas y los comportamientos sociales (especialmente el consumo), la cascada de dinero en los proyectos de televisión. La multiplicación de las cadenas televisivas tuvo efectos paradójicos: cuanto más dinero ha habido en la industria mediática, menos diversificación, menos calidad y menos investigación, de tal modo que la evolución televisiva y el aumento del volumen de inversión en las televisiones ha comportado un escandaloso empeoramiento de la calidad de los programas. En otro orden de cosas, la televisión contemporánea ha ido en la dirección contraria a la gestión horizontal negando cada vez más abiertamente las posibilidades de participación y de voz a la mayoría de los ciudadanos. Esto es especialmente sorprendente en las televisiones públicas, que arrastradas por el imparable avance neoliberal de las cadenas privadas y siguiendo una línea autodefensiva pero incomprensible de contención del déficit económico, han olvidado que su principal objetivo era servir a la comunidad y no hacer dinero, incluso si ese no ganar dinero pudiera implicar perderlo. Se ha olvidado durante demasiado tiempo que la televisión es uno de los primeros instrumentos de educación social y de enriquecimiento de los individuos, de comunicación entre comunidades y de autogestión y en vez de ahondar y progresar en estas posibilidades, se ha dado a la televisión como “por perdida” dejándola navegar a la deriva en el mar del dinero y de los intereses financieros.
Sin embargo ahora nos encontramos otra vez en un momento interesante, que puede hacernos recuperar las televisiones para las comunidades. La televisión por internet, el abaratamiento de costes de producción de audiovisuales, las posibilidades de establecer una antena de alcance medio, el desarrollo de las televisiones locales y la progresiva e inevitable participación de los públicos en la elaboración de programas; nos sitúan de nuevo ante un instrumento poderoso capaz de dar la palabra a la gente, de crear y articular discurso social, de vehicular el disentimiento, de educar y de fomentar la creatividad y la pluralidad de los discursos.
Las dificultades técnicas van disminuyendo a la misma velocidad que surgen nuevos obstáculos: control político y social, derechos de autor, cable, frecuencia, licencias, problemas con los contenidos, falta de difusión, manipulación política y neoliberalismo publicitario asedian a las pequeñas televisiones alternativas e independientes en el mismo momento en que podrían empezar a crecer y a consolidar sus programaciones. Paralelamente, l as televisiones locales se diversifican y se polarizan, mientras unas son el receptáculo de las propuestas de algunos ciudadanos, otras se venden a bajo precio y son compradas por los intereses de comerciantes, partidos políticos y gestores municipales.
Es poco probable que estos obstáculos frenen completamente el avance de un medio que va de camino, en el mejor de los casos, de dar la palabra al espectador y de convertirlo en usuario.
Las televisiones del Estado Español están en un momento crucial de la negociación con el gobierno por el espacio digital que van a tener: hay una distribución por cuotas que resulta muy polémica en algunos sectores aunque está ignorada por otros. Se consolida a la vez la posibilidad de una televisión que no necesitara concesiones administrativas porque su canal será la www. Y nacen también, como mala hierba, las antenas que pueden transformar un pisito en emisora de libertades. Okupem les Ones en Barcelona, Telek en Vallecas y Telepiés en Barcelona, Ema TV, Sin Antena en Madrid, Eguzki Bideoak en Pamplona o Amatau TV en Euskadi son ejemplos de este hacer imparable.
Paralelamente los procedimientos audiovisuales para la creación de contenidos se simplifican y muchos creadores están trabajando en casa, produciendo materiales de una fascinante diversidad. En este sentido los artistas volverán a la televisión, tendrán mucho que decir y esta vez habrá lugar para muchos más. Feedback Tv, un pequeño colectivo de artistas está filtrando materiales en La Otra, la segunda cadena de Telemadrid. La Fundación Rodriguez en Euskadi lleva tiempo también trabajando en televisión con su convocatoria “Ficciones” y la Nau Côclea de Camallera en la provincia de Girona ha hecho lo mismo con su programa Ull de Peix (Ojo de Pez) en Canal Nord de Figueres y con la convocatoria Contratac de contrapublicidad televisiva.
Contrapublicidad, complicidad, información. Nos acercamos a la experiencia de las telestreets italianas, a una nueva manera de entender el hecho televisivo.
Es pues un buen momento para mirar el futuro de estas pequeñas televisiones y para escuchar lo que tienen que decirnos sus trabajadores más activos. Es un momento importante para las televisiones españolas no tanto por las grandes televisiones (aunque no estan excluidas) como por las televisiones sectoriales, gremiales, locales , vecinales y grupales.
Es un momento crucial para las televisiones creativas, , el momento preciso en que todo está empezando. Necesitamos pronto un punto de encuentro, un lugar a la vez teórico y práctico, donde se compartan conocimientos para hacer posible lo que manifiestamente ya lo es y donde se reflexiones hacia donde podría ir esta nueva ola televisiva, con ilusión y con energía. Un espacio de creación donde se encuentren artistas y productores, activistas, gestores y técnicos para hacer frente al unilateralismo y al pensamiento monocromo. Un espacio de taller, un taller de conocimiento, un intercambio en donde el debate y las expectativas tengan su lugar y lleguen tan lejos como nos sea posible en la realidad de ahora y aquí. Para establecer esa cita estamos trabajando, desde Nau Côclea en colaboración con algunas instituciones catalanas y con muchos grupos de todo el mundo. Es una apuesta por la televisión creativa, por la participación, por la educación , y también para no dormirnos más con la tele puesta.

Clara Gari
Camallera, noviembre de 2005

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